Se dice comúnmente que la búsqueda principal del ser humano es ser feliz, que realmente esa es la meta. Y suena como algo fácil, la realidad es que es más complejo de lo que parece. Primero, creo que es importante definir qué es ser feliz, de manera simplista podemos decir que es un estado de plenitud, donde estás en sincronía con tu alrededor.
Sin embargo, no puede ser un estado constante, si lo fuera no sería tan importante y significativa la sensación. Por eso existen las contrapartes de todas las emociones, si no sintiéramos tristeza nunca sería posible saber qué es estar feliz y viceversa.
Conviertiéndolo en una tarea de todos los días, por lo que es importante incorporar ciertas acciones diariamente en nuestra vida de manera que nosotros mismos podamos ser responsables de nuestra felicidad, porque así debe de ser, no debería ser un estado determinado por el otro y lo que hace. Si viviéramos así nuestras emociones sería meramente como si fuéramos mascotas del otro: comeremos cuando ellos nos den de comer, jugaremos cuando ellos quieran jugar.. Lo más bello de la vida es la oportunidad que se nos da de tomar decisiones y ser dueños de nuestra circunstancia.
Además, debemos considerar que no hay una forma absoluta, no es como una receta de cocina pero hay ciertas actividades sencillas que nos ayudarán a sentirnos mejor:
Duerme todo lo que necesites. Nuestro cuerpo necesita descansar para funcionar mejor, está comprobado científicamente que una causa de la depresión es tener malos hábitos del sueño. Date la oportunidad de quedarte hasta tarde en cama, olvídate de si dormiste 8 o 15 horas porque quizás lo que necesitas es descanso.
Muévete. Sal, pasea. Está de más decir lo importante que es hacer ejercicio diariamente, no necesita ser tedioso o rutinario, bailar es tan efectivo como salir a correr. Al hacer ejercicio liberamos serotonina, la hormona de la felicidad.
Medita. No necesariamente al estilo budista, pero el sentarse en calma y pensar, reflexionar o simplemente estar en silencio es sano para todos.
Entiende que nadie es perfecto. Nadie nos juzga de manera tan severa como nosotros mismos. Es importante que sepas que no debes de ser perfecto, no hay un molde que llenar. Trata de ser más alivianado contigo mismo, darte oportunidad de equivocarte, porque errar es de humanos.
Di que no. Suena bastante raro, pero esta es la razón: muchas veces ponemos al otro antes de nosotros. Si no tienes ganas de ir después del trabajo con tus amigos, no vayas. No siempre tienes que hacer lo que te dicen los demás, di que no. Hay veces que nos llenamos de actividades que no queremos hacer porque nos pidieron el favor, el negarte no te hace mala persona. Es justo ser egoísta, y estarás escandalizado pero es tan fácil como pensar en una extensión de luz, si no la conectamos antes es imposible que de energía a todo lo que conectamos a ella. Si no te pones como prioridad y te cuidas, es muy difícil darle a los demás.
Enfrenta tus miedos. Nuestros miedos muchas veces son limitaciones que nos ponemos nosotros mismos. Son parte de una vocecita que nos dice que algo malo pasará, que haremos el ridículo, que no podemos, ¡olvídalo! No dejes que sean el ancla que te impide volar.
Sé espontáneo, experimenta cosas nuevas. El ritmo de vida actual deja nulo espacio para hacer cosas diferentes, sabes que debes levantarte a las seis de la mañana y que comerás a las tres de la tarde. Esto no sólo cansa al cuerpo, también a la mente y al alma. De vez en cuando es bueno dejarnos llevar por la incertidumbre. Salir sin saber bien a donde vamos, ir a un restaurante que no conocemos, realizar una actividad que nunca hemos hecho.
Ayuda desinteresadamente. Investigaciones indican que experimentamos una sensación de bienestar cuando ayudamos al otro. Sé voluntario en alguna actividad, recoge un perrito de la calle y búscale un hogar, enseña al otro a hacer algo que no sabe. El desarrollar la empatía sirve para mejorar nuestras relaciones interpersonales.
Sé como un niño. No me refiero a infantil, más bien a ser curioso y asombrarse por todo. Los niños siempre quieren saber la respuesta a todo y las cosas más simples les parecen más fascinantes. Con la edad nos enseñan a dejar de hacer eso, no hay cabida para sorprenderse. Pero inténtalo, será una sensación maravillosa.
Ríe lo más que puedas. La risa es una de las terapias más efectivas, olvídate de si tu risa es estruendosa. Sonríe y ríe. Suéltate el pelo un rato y disfruta.
Consiéntete. Aparta tiempo diariamente para ti, al menos una vez a la semana haz algo que tú disfrutes. Come aquello que te gusta. Realiza aquella actividad que te apasiona. Pasa tiempo dedicado a ti.
Disfruta las cosas pequeñas. Vivimos apresurados, muchos corren de un lado al otro y parece que nunca se detienen. Pasan cosas hermosas a nuestro alrededor y estamos cegados. Para un momento y ve la luna, escucha el sonido de los pájaros, siente la brisa en tu rostro. Muchos dicen que el sentir dolor es lo que les hace saber que están vivos, pues qué tontos porque esas cosas simples, el experimentar el frío, observar el atardecer.. Eso es estar vivo.
Si conocen más formas de ser feliz, les pido las compartan en los comentarios. Esto es todo por hoy. Hasta la próxima.